El omega 3 es un tipo de grasa poliinsaturada, que se considera como un ácido graso esencial, debido a que nuestro organismo es incapaz de producirlo por si mismo. Por lo tanto, debemos obtenerlo de los alimentos.
¿De qué alimentos podemos obtener omega-3?
Estos ácidos grasos se encuentran naturalmente en algunos alimentos como los que mencionamos a continuación:
1. Pescados como salmón, caballa, atún, arenques y sardinas.
2. Frutos secos, como nueces y semillas de linaza y de chia.
3. Aceites de plantas, como la linaza, aceite de soya y canola.
4. Alimentos fortificados, como huevos, yogurt, jugos, leche, bebidas de soya y fórmula infantil.
Protección de problemas cardiacos
Uno de los beneficios más conocidos del omega-3 son aquellos relacionados con el corazón y los vasos sanguíneos:
1. Reduce los triglicéridos, un tipo de grasa presente en la sangre, que cuando aumenta de forma excesiva, incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
2. Disminuye el riesgo de desarrollar latidos cardíacos irregulares (arritmias).
3. Reduce la acumulación de placa, una sustancia que comprende grasa, colesterol y calcio, que endurece y bloquea las arterias.
4. Ayuda a bajar ligeramente la presión arterial.
Prevención del cáncer
Varios estudios han sugerido que las personas que consumen una mayor cantidad de alimentos con omega-3, tendrían un menor riesgo de contraer cáncer de mama y de colon.
Artritis reumatoide
Esta patología causa dolor crónico, hinchazón, entumecimiento y pérdida de la función en las articulaciones.
Ensayos clínicos demostraron que tomar suplementos de omega-3 ayudan a manejar la artritis reumatoide en los casos en que se usan con medicamentos estándar y otros tratamientos para esta enfermedad.
De hecho, quienes padecen artritis reumatoide y usan suplementos de omega-3 pueden necesitar menos medicamentos para el alivio del dolor.
Como terapia complementaria para la depresión
Resultados de varios estudios sugieren que niveles bajos de Omega 3 están relacionados con una mayor prevalencia de depresión.
Si bien los resultados no son 100% concluyentes, muchos trabajos muestran que la suplementación con ácidos grasos Omega-3 de origen marino (EPA y DHA) son más eficaces en la reducción de los síntomas que sufren los pacientes con trastornos depresivos mayores que la suplementación con un placebo.